El Tangue: un portal del tiempo

Cerca de 45.000 hectáreas dedicadas al trabajo ovino y sus derivados, que hoy ya ha extendido sus producciones a la agricultura, el turismo y el rubro inmobiliario.

 
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Primeros asentamientos Diaguitas

Debido a nuestra geografía, Hacienda El Tangue consta con quebradas que debido a sus depresiones forman grandes humedales, los cuales han demostrado ser elementos clave para la conformación de los primeros asentamientos prehispánicos, debido a su diversidad biológica lo que permitió la obtención de una variada y rica gama de recursos alimenticios.

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El registro de conchales adscritos a la Cultura Ánimas hasta Diaguita Inka en la hacienda, el hallazgo de algunas conchas de bivalvos en el sitio como parte de la dieta, y su empleo como recipientes, demostraría que los lazos con la costa eran habituales.
Probablemente estas comunidades móviles, se desplazaban y mantenian relaciones económicas y sociales, logrando una vida saludable gracias a la complementariedad de recursos.

Del mismo modo, la accesibilidad de agua en los ambientes lacustres y riparios, asociados a sectores de buenos suelos, permitió un temprano desarrollo de la agricultura y de la ganadería

 
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La época de la Compañía Ganadera

A fines de la década de 1920, es cuando una sociedad de accionistas ingleses y alemanes compró la antigua Hacienda El Tangue, para convertirla en una estancia ganadera de ovinos. Esta iniciativa se convirtió en una experiencia pionera en el norte de Chile, ya que esta actividad económica se concentraba principalmente en el sur del país.

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Siguiendo el modelo de las Company towns, tan conocidas en la industria salitrera, El Tangue consideraba en el interior de la estancia viviendas y espacios comunes para sus trabajadores. Un centro administrativo y de operaciones donde se emplazan bodegas, posta, centro de madres, la capilla, una escuela, y el único almacén del lugar, el cual nos remonta a mediados del siglo XVI y mantiene entre sus grietas el sello de pulpería.
La compañía establecía una estricta disciplina laboral y la jornada se iniciaba con una campana a las 7 de la mañana para preparar al trabajador, y otro campanazo media hora después para dar inicio a la jornada.

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Hacia fines de la década de 1960, la compañía decidió cerrar sus operaciones debido al surgimiento de la lana sintética, que disminuyó los precios de la lana natural y desmoronó la rentabilidad de su producción. A eso, se sumó una sequía que azotó el Norte Chico durante cinco años y que afectó a la hacienda ya que dependía de la lluvia para el riego. 

Finalmente, con el inminente triunfo electoral de la Unidad Popular en 1970, los accionistas vieron derrumbadas sus expectativas de continuidad. Ante la decisión de retirar su inversión del país, los dueños llegaron a un acuerdo de expropiación con la CORA. 

 
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Los trabajadores asumen el mando de la Hacienda de El Tangue 

Los trabajadores se enfrentaron a un nuevo escenario, los antiguos dueños y a accionistas abandonaron la hacienda, los trabajadores tuvieron que organizar un asentamiento que mantuvo dos principios para el trabajo colectivo: continuar con la disciplina de la época de la compañía para sostener el ritmo de producción que tenía la empresa, y conservar el ambiente familiar de la sociedad.

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Después de largos juicios por la restitución de la propiedad de las tierras, finalmente el Servicio Agrícola Ganadero quedó a cargo de El Tangue. Por parte de los trabajadores, se optó por liquidar la SARA y considerar su fuerza de trabajo como el patrimonio de cada socio. Así, los trabajadores decidieron mantenerse unidos y optaron por comprar una parte de la empresa al Estado.

Hasta nuestros días, la Sociedad Ganadera de El Tangue reúne a las familias originarias. Hoy, los socios de la empresa son los hijos de los antiguos trabajadores de la compañía. Se trata de una experiencia vigente y exitosa de organización de trabajadores producto de la Reforma Agraria.

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En retrospectiva, uno de nuestros socios señala:

“Cuando ha venido el antiguo administrador para acá, nosotros siempre le hemos hecho la consulta de por qué no se quedó con nosotros, y dice que él nunca creyó que nosotros hubiéramos sido capaz de mantener El Tangue a lo que respondí, eso demuestra que la gente hacía el trabajo, no lo hacían ustedes, lo hacía el pueblo”.